Yo fui
un niño inscrito en la obediencia, una bondad solo útil a los
otros; hoy exploro una paternidad sin obediencia, y continuamente me
pierdo, así que este post va a resultar muy difícil, pero al mismo
tiempo, muy esclarecedor.
[Casi]
todos los padres y madres con los que hablo, los libros sobre
educación y crianza que leo, la mayoría de los artículos y
estudios que consulto, casi todos viven, vivimos, en una fantasía:
los padres vivimos en la fantasía de poder aislar nuestra propia
psicología, nuestros traumas de infancia, nuestra configuración
emocional, nuestros miedos, nuestra inscripción en la ley de la
obediencia. Pensamos que al actuar con nuestros hijos podemos
comportarnos como maquinas educativas perfectas, cajas perfectamente
aisladas. Pero tenemos un rincón oscuro, un nido de traumas y tramas
narrativas, cuentos que nos explican / aplacan, al que volvemos
recurrentemente. Este, nuestro oscuro rincón se nos hace
dolorosamente visible en las rabietas de nuestros hijos/as. Creo que
todos los padres y madres hemos experimentado ante el empecinamiento
de una niña de cinco años la idea de que lo hace contra nosotros,
para quedar por encima, por dominar ¿No suena absurdo? En frío,
racionalmente, está claro que mi hija de 5 años reacciona como
puede ante una frustración: que su cerebro no está acabado, que sus
estrategias para manejar contrariedades son incompletas; que su
visión de una ganancia futura por un sacrificio actual es imposible
hoy, porque no puede, aun, vivir en el futuro como nosotros (que
quizá no debimos aprenderlo nunca, o con tanta demasía). Todo esto,
que es racional y lógico y de sentido común, no se nos pasa a los
padres por la cabeza ante una rabieta de nuestros hijos, y
reaccionamos con frecuencia desde nuestro oscuro rincón, cuando
fuimos inscritos en la obediencia.
Pero
entonces, ¿cómo salir del oscuro rincón? No sabría decirlo de
forma que yo mismo lo entienda. Lo que yo practico es: la no
negación de mi propia inscripción en
la obediencia, o dicho de otro modo, reconocer mi problema al pensar,
ya solo a veces, que la obediencia es virtud superior; practicar la
huida mental en las rabietas o elevación a un nirvana
meta-educativo, o sea que me digo “¿qué me está pasando?”, o
“cuidado que me va a salir el hulk paternal que llevo dentro”;
decir a mi hija justo después de su enfado que yo la quiero siempre,
también estando enfadado; y sobre todo me funciona no olvidar que mi
hija me quiere incluso cuando me odia. Lo que decía, ni yo mismo lo
entiendo.
Solo
sé que no quiero que mi “niño obediente interior” críe otra
hija obediente, amedrentada, que a su vez establezca sus relaciones
(también fuera de la familia), como de obediencia / dominio; o que
crié un nieto o nieta terriblemente obediente o dominante. Se ha de
romper este fatum, este escondite eterno, se ha de salir del oscuro
rincón, por mi y por todos mis descendientes, compañeros.
Addendum-
Práctico:
¿Qué
hago yo para evitar la venganza de mi niño obediente interior?
Sugerencias, no infalibles:
Intento
no estar muy, muy cansado.
Los padres estamos a veces muy mal dormidos.
No
todo tareas: Reservar un rato del día
para mi, para algo que me haga disfrutar.
Tener
paciencia con los tiempos de mi hija.
A veces no obedece inmediatamente, y es cuestión de esperar a que
termine algo que le gusta mucho.
Que
mi pareja me haga de “espejo” / hacer yo de espejo a mi pareja
si me crece el enfado.
Mirarme
a un espejo físico cuando me crece el
enfado
Reservar
un rato de juego con mi hija antes de
las tareas
Reservarme
un rato de relax, mindfulnes o similar
10 o 15 minutos es suficiente.
Expresar
con palabras tranquilas mi enfado ante mi hija, estar
enfadado no es malo
Hablar
a mi hija a la altura de sus ojos.
Pensar
que si mi hija es ( muy o demasiado)
obediente tendrá menos
éxito laboral y personal
Pensar
que si entra en el circulo de
obediencia/dominación, cuando tenga
poder (sea la más mayor por ejemplo) quizá
abuse de los demás.
Pensar
que la obediencia la hará menos
creativa, menso crítica
… y
si todo esto no funciona, perdonarme si
me enfado más de la cuenta.
Addendum-
Enlaces sobre obediencia y enfado de los padres